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¿Ya se te vio el cobre?

Mc 12, 38-44

Tal vez ya hayamos usado en algún momento la expresión: “se te vio el cobre”, por ejemplo "Claro, sabía que no era tan honrado apenas dos días y ya se le vio el cobre".


El cobre como mineral comercial lo encontramos en objetos bañados con un color rosado dorado que se alcanza a través de muchas pulidas y martillasos, pero el cobre en su estado natural es verde. Cuando compras algo de cobre se ve muy padre, pero después de algún tiempo se pone verde. Ahí es donde esta el detalle del dicho, conoces a una persona y es de tal forma, pero después de cierto tiempo ves que se muestra como es en realidad, en este caso el color es la personalidad, primero es rosa y después muestra su verdadero color verde, o primero es miel y luego hiel jejeje. Así a veces sucede, cuando menos nos lo esperamos, nos sale lo que realmente pensamos o deseamos jejeje y aunque luego "trates de arreglarlo" se nos vio el cobre...

Igual sucedía con las monedas. La expresión "ya salió el cobre" se remonta a cuando se empezaron a hacer monedas de oro, pero había gente que las hacía de cobre (metal mucho más barato) y las bañaba en oro para hacerlas pasar por oro puro. Con esto se conseguía engañar a los demás. Claro, hasta que un día, por el uso de las monedas y porque lucían diferentes, alguien rascó una de esas monedas y vió que se le empezaba a ver el cobre, o sea, le sacó el cobre. Por eso se verifican las monedas raspándolas para ver sí fueran de oro y si “sacan el cobre”. Así se descubrían las monedas o joyería falsas que con fricción revelan un interior de cobre a pesar de estar cubiertos de un metal más valioso. Esta expresión significa pues, mostrar las verdaderas intenciones o pensamientos cuando alguien intenta ocultarlos.


Estamos en las tres últimas semanas (4, 11, 18 de noviembre 2018) antes de la fiesta de Cristo Rey (25 noviembre 2018), con la que cerramos el ciclo de este año litúrgico ordinario y nos aventuraremos en un nuevo tiempo, el Adviento, que nos prepara al grande Adviento de Cristo, cuando vendrá rodeado de gloria como Juez de toda la tierra. Por ello estas tres semanas el Señor, Jesús, nos está retando para que nos decidamos seriamente por una vida de fe viva y auténtica, porque delante de él no hay cobre que no venga descubierto ni plata que no venga pesada.


El domingo pasado, el evangelio de Marcos nos narró el encuentro de Jesús con varios Maestros de la ley, que eran bien reconocidos por el tipo de vestiduras que llevaban y el porte con que se presentaban delante de todo el mundo. Pero un Maestro de la Ley en especial va al centro, al fundamento de la vida de fe: quiere saber cuál es el mandamiento fundamental, ya que entre más de 600 mandamientos se había confundido, aunque su corazón estaba en sintonía con el de Jesús porque vivía el Shemá, el credo sagrado de Israel: Amarás al Señor tu Dios con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo.


Ahora, Jesús en el evangelio de este domingo, confrontará seriamente algunas actitudes de quien vive una doble vida, por un lado es profundamente religioso y eso se "hacerse notar" pero por otra parte sus INTENCIONES no van de acuerdo con el mandamiento fundamental. Y en el evangelio de este domingo Jesús nos presenta dos personajes en contraposición, los maestros de la ley que se aprovechan de su posición para lograr sus propios objetivos, y la viuda devorada en su casa que no le queda nada para vivir pero que lo da todo. Personajes a los que si se les raspa un poquito, con perspicacia del evangelio, se les nota cuanto de oro y cuanto de nickel poseen.


Aquéllos Maestros de la Ley que se hacen notar, pasean por las plazas públicas con sus largos vestidos y les gusta que la gente los salude. Son muy considerados y buscan ser considerados, son moneditas de oro en Israel, pero sólo aparentemente como las monedas 'aparentemente de oro o plata pero que en realidad son de nickel, al máximo revestidas de una ligera capa de plata. Ellos conocen muy bien la Tora, la palabra de Dios, saben las leyes incluso las practican, las hacen públicas y hasta las enseñan pero todo con la intención de hacerse un lugar importante porque quieren ocupar los puestos importantes o sea "la cátedra principal", en griego prōtokathedria, πρωτοκαθεδρία que es el lugar más importante en la sinagoga, desde donde enseña el personaje principal y lo cuál significa querer y mantener el PODER. Pero no sólo en la sinagoga, obvio también quieren ocupar los primeros puestos en los BANQUETES, ¡claro! panza llena corazón contento ¿no? el evangelio utiliza también la palabra en griego prōtoklisia, πρωτοκλίσια, que es el lugar de los invitados principales en los banquetes, al que se le sirve y se honora.


Jesús va con todas y DESENMASCARA los aparentes "sublimes" gestos de aquellos que se sirven de la Palabra de Dios pero para sus propios fines, porque sus intenciones están muy lejos del Reino de Dios. En el fondo estos son puestos de honor y de prestigio y son signo del poder que se quiere adquirir y mantener para desde ahí, desde la cátedra principal, se pueda dominar y ser alabado.


Jesús no se queda corto en su crítica, va a por todas. Su critica es una crítica RE-constructiva porque por una parte va a desenmascarar las apariencias de la hipocresía de nuestros supuestas monedas de oro y plata pero que en realidad son de nickel revestido con una ligerísssissisiima capa de metal precioso; Jesús pretende desenmascararnos de nuestras falsas monedas religiosas, bañadas con el oro de nuestras religiosidades pero que en realidad son un buen vestido que nos pudiera favorecer la atención y adoptamos pero para nuestros fines propios y nada similares a los de Cristo. Estoy segura que ya nos hemos dejando desenmascarar por el Señor si no no estuviéramos leyendo estas líneas, ¿De qué te ha ya desenmascarado en tu proceso de seguimiento? ¿Hay alguna máscara que te pueda estar señalando el Señor Jesús, y que te la pones o quitas según el caso, pero que cubre tus verdaderas intenciones? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a dejar que Jesús toque nuestras intenciones para descubrir esas falsas monedas de oro o plata, que son más bien puro nickel?


Recuerdo el sufrimiento de una chica que se entusiasmo con una persona que estudiaba ciencias religiosas junto con ella, le juró y le perjuró que no era casado, pero lo puso a prueba y no tardo mucho en "salirle el cobre", aquél hombre, que participaba de lecciones de biblia y de moral para luego enseñar en las escuelas y colegios, resultó casado. ¿No hay mucho que explicar verdad?


Jesús no nos quiere en este tipo de vida religiosa hipócrita o mediocre ¡Guárdense! ¡Cuídense! les dijo a los discípulo, ¡eviten ese tipo de vida de aquéllos bien vestidos, con túnicas religiosas pero que devoran la casa, la hacienda de la viuda, de los demás, porque les arrancan sus posesiones, pero luego sí, van a orar y durante largo tiempo, pero solo para guardar las apariencias o para que todos los vean.


¡No, Jesús no se deja engañar! conoce bien el oro y el cobre es un buen conocedor de metales preciosos y por una parte da un juicio muy severo para quien a sí mismo decide condenarse: "Esos recibirán un juicio más severo", en griego krima, κρίμα; o sea, una sentencia y además severa. El Señor Justo Juez ha hablado y para aquéllos que protagonizan, que tienen el rol de enseñar, de ocupar "la cátedra principal", para ellos, la sentencia definitiva será más severa, sobre todo si su vida e intenciones aún "no han dado en el clavo" porque siguen las normas, las leyes, pero sus intenciones están lejos del Reino de Dios, de amar con todo el corazón, con toda la mente, en todas las intenciones y con todas las fuerzas al Señor y al próximo como el Maestro de Galilea lo pide. Se enredan en lo pasajero y secundario, o en las propias intenciones "para ser vistos de todos, para ocupar los primeros puestos, en la cátedra y en el banquete" etc. pero no para amar con todo.


¡Vaya recomendación en esta segunda semana previa al Juicio de Cristo Rey! ¡Vaya advertencia de Jesús! ¡Guárdense! ¡Tengan cuidado! prácticamente ¡Evítenlo! (Mc 12, 38), ¡No se contaminen con esas leyes inútiles, con esos pensamientos que nos esclavizan: ser el primero, tener un status religioso o social, ser el mejor, ser el que decide (al menos ser el jefe de las escobas jeje); ser el más votado por todos; ser bien considerado etc., etc., etc., las leyes internas que nos rigen y que consiente o inconscientemente nos manipulan y a las que obedecemos como decíamos la semana pasada.


Y es entonces que Jesús estando sentado frente al tesoro, el lugar donde se depositaban las ofrendas en el templo, observa la multitud y se percata especialmente de dos tipos de ofrendas, las de los ricos que depositaban mucho y al improviso una viuda, cuya condición social en Israel era de ser de la clase más pobre, con los enfermos y lisiados por ejemplo, pues una mujer viuda caía en desgracia no teniendo un hombre que la protegiera ni económicamente ni socialmente. Y Jesús observa ambos tipos de ofrenda. La viuda dejó dos leptos λεπτόν o sea dos moneditas de cobre de poquísimo valor, una cuarta parte de una moneda romana llamada As, como una octava parte de un peso, o sea que dio unos 25 centavos de un peso... 

Jesús llama a sus discípulos y los instruye diciendo: Esta viuda pobre ha dado MAS (pléion, πλεῖον) que todos, todos los que además han dado mucho (πολλά) se trata de un mismo adjetivo en su forma positiva y comparativa, es decir Jesús confronta según lo mucho que han dado cada uno pero quien se lleva la prioridad en este caso es quien ha dado poco económicamente hablando, pero que a diferencia de muchos otros, que han dado mucho, ella ha dado MÁS. 

Para Jesús la diferencia es abismal, es cuestión más de cualidad que de cantidad. Los que depositan mucho depositan de aquello que les sobra, pero la pobre, la viuda, ha dado su todo, el todo que tenía para vivir. Sí, ha dado todo lo que tenía para vivir y su ofrenda es vista por el juez de toda la tierra, el Señor del Adviento, el que vendrá de nuevo y dará una sentencia severa o un juicio salvador como el de esta pobre viuda, y en tal juicio todo depende de la intención, del hasta donde somos capaces de darnos y donarnos con todo y al 100% sin pretender ni ser vistos, ni ser alabados, ni apropiarnos de los bienes de los demás, ni utilizar a los otros para mis propios fines.


Pero lo que más me sorprende de este evangelio y que me ha llenado de una profunda esperanza, es ver a Jesús ahí, sentado contemplando aquélla situación donde la gente iba y venía, llevando ofrendas al templo tórtolas, ovejas, toros, cada uno según su condición, o llevaba trigo, o dejaba ofrendas económicas en lugar de ofrendas de sacrificios y holocaustos. Jesús está ahí sentado contemplando, orando, meditando, discerniendo y juzgando, él, el único que puede juzgar toda la tierra. Y ahí emite el juicio que cada uno decide por sí mismo construir, Jesús contempla aquélla pobre viuda, con el monedero tal vez roído y sobre todo casi medio vacío, a la que nadie mira, porque es una pobre mas entre los pobres, la ve acercarse al templo, medio desarrapada y sobre todo abandonada de los ojos de los potentes y ricos, de los honrosos de las sinagogas de vestidos largos y seguramente bien perfumados, y aquélla viuda, deposita dos pobres moneditas de cobre, las cuáles al caer ni sonido producen, o es tan opaco que nadie las puede escucha caer.


Este es mi Dios, mi Señor, el que es capaz de ver lo que nadie ve, es el Dios que acompaña mi vida, mis opciones, mis decisiones y mis intensiones, ahí en el secreto de mi alma, en las profundidades de mis pensamientos donde solo yo penetro, en los abismos de mis intenciones en los que aveces me pierdo, ahí ahí está mi buen Dios que mira cariñosamente los actos más humildes y sencillos, esos que nadie ve pero que yo, en conciencia, frente a mi misma y frente a él son MÁS que todos aquéllos que realizo para ser bien vista por los demás.


Ahí está mi buen Dios que valora mis dos monedas, esas pequeñas y de cobre, ésas que son nada pero que significan mi todo en ese momento. Esas que ofrezco en medio de mi soledad cuando nadie me mira o a nadie le importo.


En la universidad tenemos una sala-cafetería especial para nosotros los estudiantes, donde podemos comer y tomarnos un cafecito o un te. Y queremos tenerla apropiadamente cuidada porque es nuestra sala de encuentro, de recreo, de estudio común etc. En una ocasión encontramos un trapito para limpiar la mesa que era nuevo, pero alguien lo usó y no queriendo lavarlo lo tiro inmediatamente. Cuando otros lo necesitábamos ahí estaba el trapillo, pero tirado en la basura y casi nuevo. Uno ante estos detalles puede pasar y que no te importe nada, o denegar, pero tuve el valor de recogerlo y de lavarlo porque deberás estaba nuevo, nadie me vio, (ahora ya se los conté y casi no vale jajajaj) pero lo hice porque nada costaba darle una enjuagadita y dejarlo listo para el uso, haciendo uso de la paciencia infinita que nos debemos nos a otros.


Era un detalle simple, tal vez tonto, tal vez no merecía ni siquiera mi atención, pero me sentí feliz, luego cuando al leer el evangelio, el Señor me hizo recordar ese momento, me estaba guiñando el ojo con tanto amor y me decía, conozco cada detalle de tu vida, especialmente amo tus detalles, esos que haces por amor, aunque y cuando nadie te mira, cuando por amor ofreces lo que nadie conoce, tus sacrificios, tus capacidades, tus talentos y no para ser reconocida o alabada, sino por amor, porque no quieres ir contra tu conciencia.


Gracias a su mirada en los pequeños detalles de mi vida, los escondidos, los buenos, pero también los menos buenos, me ha hecho sentirme no solo muy valorada sino que además me ha llenado los espacios de soledad que este país, este continente, con gente de otra lengua y cultura, sin mi familia, sin mi diócesis y sin mis amigos de toda la vida, me provoca el cambio sintiendo muchas veces la soledad, pero mi buen Dios, con esta mirada tuya, que atraviesa todos los momentos y rincones de mi existencia con amor eterno, no me siento más sola, porque estás ahí, en cada momento y en cada rincón de mi existencia, donde nadie me ve o nadie me valora, pero tu me vez y valoras cada gesto, cada detalle. Y, que aunque estuviese rodeada de aquellos que amo o me aman, en realidad no significarían nada frente a tu mirada penetrante que conoce cada celula de mi pensamiento, mi afecto y mi intención, porque "nunca estoy más acompañada que cuando estoy sola" (Pbro. Jaime Bonet Bonet).


La canción que hoy les propongo se llama Esto que soy Eso Te Doy, el texto nos ayuda a descubrir lo que somos a la luz de los ojos de aquél que nos mira desde lo profundo de su corazón y NO SE ESCANDALIZA DE NINGUNA de mis acciones ni de mis intenciones, y es un misterio grande que nos llame así tal como somos a su encuentro, él considera mi vida, nuestras vidas como un tesoro y por ello no tenemos más que ofrecerle eso que realmente somos, nuestras dos moneditas, no tenemos más que dar que eso que soy eso eso es lo que nos toca darle.


¡Tu Señor no desprecias nuestra vida humilde! sólo toca ponerlo TODO en sus manos y mejor solo estas dos monedas de COBRE pero es lo que realmente somos y tenemos para vivir, no lo que nos sobra, no lo que usamos para nuestra propia gloria, no eso que escondemos en lo profundo porque no hay nada más sincero que el cobre que llevamos dentro.


¡Señor que no tema las ocasiones que se me ve el cobre! porque me ayudan a entrar en la verdad de mi existencia.

¡Que no tema la severidad de tus sentencias ya hoy, en el momento presente a través de las circunstancias y la oración, que no tema dejarme confrontar con tu evangelio porque él me convertirá en ofrenda viva y real como tu en este mundo!


¡Que no tema ver de frente los abismos de mis intenciones donde me pierdo, porque al final de mi vida, tu juez justo no harás sino ratificar la sentencia que yo mismo habré creado para mi!


¡Que pueda contemplar tu mirada ante esa viuda, pobre pero sin reservas, para que esa tu mirada que ve con agrado mis dos pequeñas y cobrizas monedillas, me de la certeza que no hay espacio de mi vida que no estes abrazándome!


Que no hay ninguna acción que ante tus ojos pase desapercibida, porque vez mi vida con un ¡amor eterno, sin fin! y contemplas mi corazón.


Sólo así, con tu mirada de amor, puedo llegar a ser ofrenda en cuerpo y alma con todo lo que soy en todo lo que hago y solo para buscar agradarte solo a ti mi justo juez.


¿Cantamos? Da click aquí abajo

Esto que soy Eso Te Doy (Eduardo Meana)


A veces te pregunto: ¿Porque yo?

Y sólo me respondes: Porque quiero

Es un misterio grande que nos llames

Así tal como somos a tu encuentro

Entonces redescubro una verdad

Mi vida nuestra vida es tu tesoro

Se trata entonces solo de ofrecerte

Con todo nuestro amor esto que somos.


Que te daré, que te daremos

Si todo, todo, es tu regalo

Te ofreceré, te ofreceremos

Esto que somos, esto que soy

Eso te doy


Esto que soy, esto es lo que te doy

Esto que somos es lo que te damos

Tu no desprecias nuestra vida humilde

Se trata de poner todo en tus manos

Aquí van mis trabajos y mi fe

Mis mates, mis bajones y mis sueños

Y todas las personas que me diste

Desde mi corazón te las ofrezco


Vi tanta gente un domingo de sol

Me conmovió el latir de tantas vidas

Y adivine tu abrazo gigantesco

Y se que sus historias recibías

Por eso tu altar luce vino y pan

Son signo y homenaje de la vida

Misterio de ofrecerte y recibirnos

Humanidad que Cristo diviniza.

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